21 dic., 2022

#SoydelHebreo y de distintos lugares del mundo

#SoydelHebreo y de distintos lugares del mundo

En los últimos años, nuestro colegio ha recibido a familias de distintos países: brasileños, uruguayos, argentinos, nicaragüenses, norteamericanos, australianos, canadienses e israelíes, son tan solo algunas de las nacionalidades que hoy están presentes en las aulas. Un fenómeno que contribuye a la diversidad cultural de nuestra institución y que aporta nuevos enfoques, vivencias y fortalezas en la vida de los estudiantes.

Reunimos a tres familias que llegaron a Chile entre el 2020 y el 2022 para que nos cuenten su adaptación al país, al colegio y cómo creen que su nacionalidad puede aportar a la cultura del Hebreo. Les presentamos a los Slud Borzatto (Brasil), los Finkel Trachtenberg (Nicaragua) y la Familia Albornoz (Argentina).

¿Qué es lo que más les ha gustado de mudarte a Chile?

Familia Slud: Venimos de Brasil, así que aún post estallido, es un país más seguro donde se puede tener mejor calidad de vida que en el nuestro. El clima es exquisito, en el invierno se puede esquiar volviendo a dormir en la casa y en verano se puede planear un asado a cualquier hora porque no llueve. Y también nos gusta que es un país que se empieza a abrir, vemos muchos extranjeros llegando.

Familia Finkel: La mudanza a Chile ha sido una experiencia soñada llena de aventuras, paisajes bellos y gente hermosa. Entre la nieve, las ricas empanadas y la cálida bienvenida, no pudiéramos escoger solo una.

Familia Albornoz: Lo que más nos ha gustado de mudarnos a Chile fue conocer una cultura parecida pero distinta, en la que nos encontramos con un país, seguro, disciplinado, ordenado y con opciones de conocer diversidad de zonas geográficas y climas cercanos unos de otros.

¿Y de ser parte del Hebreo?

SLUD: Es un colegio que nos ayuda a transmitir la herencia judía que queremos traspasar a nuestros hijos. Brinda una excelente educación académica y una formación valórica de muy buena calidad.

Finkel: El colegio Hebreo nos abrió las puertas desde el primer día haciéndonos sentir en casa. Nos hemos sentido acompañados y apoyados incondicionalmente, junto a todo el equipo educativo, mientras nos hemos ido adaptando poco a poco a tantos cambios en un nuevo país. 

Albornoz: Lo que más nos gusta de ser parte del colegio Hebreo fue la calidez y contención desde el minuto cero, a pesar de haber llegado pocos días antes de que comience la pandemia. Realmente nos sentimos muy bien recibidos y acompañados en el proceso. Quiero destacar que un factor fundamental en sentirnos así de contenidos, integrados y acompañados fue la calidez con la que nos recibió y llevo de la mano Débora Miranda, del Departamento de Admisión del colegio, en todo el proceso previo, al llegar y aun hasta el día de hoy es nuestra referente.

¿Cómo crees que se han adaptado sus hijos a este nuevo colegio? ¿En qué año ingresaron?

Slud: Ellos se han adaptado muy rápido. La Gabi ha entrado en 2021 y Felipe en 2022. Gabi en Prekinder, y Pipe en Guimel. Ambos han demostrado mucho interés en aprender sobre las fiestas judías y les encanta compartir con sus compañeros en clase y fuera de ella en las múltiples instancias de la comunidad.

Finkel: Ben (6º) y Mila (1º) han tenido un año de retos y desafíos, pero más que nada un año lleno de aprendizajes. Las familias, al igual que los maestros, han sido de gran apoyo para formar lazos de amistad tanto en el colegio como afuera.

Albornoz: Nuestros hijos ingresaron en marzo 2020, solo llegaron a ir presencial una semana y ese año en particular fue bastante difícil. Ya el 2021, al haber sido un año híbrido fue un poco mejor, pero te diría que este año podemos decir que la adaptación es excelente y es el primer año que podemos decir que estamos viviendo en Chile.

¿Cómo crees que la nacionalidad de tu familia puede aportar a la cultura del colegio?

Slud: Creo que el mix de nacionalidades es algo que aporta. Ver distintos puntos de vista, unos con más pasión, otros con mas racionalidad, siempre generan nuevas perspectivas. Creo que también ayuda a los alumnos a practicar la empatía, dado que la realidad de uno no siempre es igual a la del compañero que se sienta al lado. Lo otro es la visión un poco menos ingenua de la realidad, que viene de Brasil y de ver gente en situación de calle y más pobreza que en Chile. Eso podría ayudar a que los niños tengan un sesgo de entender que la realidad de uno no siempre es la realidad de todos, y que tenemos que actuar en comunidad y en sociedad para lograr un Chile y ojalá un mundo mejor.

Finkel: La nacionalidad de cada uno de nosotros es de otro país; papás nacidos en Guatemala, Ben en Panamá y Mila en Perú. Haber vivido en diferentes países y en diferentes comunidades judías, nos da la oportunidad de poder compartir las costumbres, actividades y dinámicas que nos han enriquecido para complementar la vida Judaica en el colegio y la comunidad de Chile. 

Albornoz: Creemos que es importante el aporte multicultural ya que enriquece y da una mirada distinta sobre alguna situación en particular. Intercambiar experiencias de acuerdo a las vivencias en nuestro país dando la posibilidad de aportar valores y costumbres diferentes.

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